Recopilación de textos Howard Gardner(la inteligencia)

Los líderes visionarios son los más escasos.Basado en una entrevista con Howard Gardner.
El sicólogo Howard Gardner, explica la teoría con que revolucionó el concepto de inteligencia y detalla las principales características que debe tener un líder.Si el sicólogo norteamericano Howard Gardner tuviera que ser clasificado según su propia terminología, sería, sin duda, un líder indirecto que raya entre innovador y visionario. La primera característica proviene de su trabajo en las aulas y en su equipo de investigación de la Universidad de Harvard, desde donde, tras años de estudio, diseñó una teoría del conocimiento, que más tarde reformuló la educación escolar en EE.UU.
La innovación proviene de que esta teoría -publicada en 1983- estremeció el concepto de que la inteligencia era una sola, que se manifestaba de dos formas: lógico-matemática y/o lingüística.Contraponiendo tal postulado universal, Gardner elevó al nivel de inteligencia la habilidad para crear y entender los significados que surgen del sonido (musical); la de usar el cuerpo (kinésica); la de percibir imágenes, transformarlas y recrearlas en la memoria (espacial); la que ayuda a distinguir los sentimientos y a construir correctos modelos mentales de uno mismo (intrapersonal); y la que permite reconocer los sentimientos e intenciones de otros (interpersonal).Más tarde incluyó la naturalista. Desde ahí, individuos como Maradona, Darwin o Leonardo Da Vinci comparten, según la teoría de las inteligencias múltiples, un mismo apelativo: genios.Además de las mentes y cuerpos superdotados, entre los 13 libros de difusión masiva que ha publicado, aborda el tema del liderazgo, en donde también entrega clasificaciones poco convencionales, pues incluye a personajes como Albert Einstein dentro de esa categoría.
- ¿Es posible desarrollar los ocho tipos de inteligencias?- Es posible desarrollar cualquier tipo de inteligencia.
- Sí, pero me refiero a ser fuerte en los ocho tipos.
- Seguro.
- ¿Ese sería un genio?- En cualquiera de las inteligencias, una persona puede ser tan buena que la llamaremos genio. Charles Darwin es un ejemplo de alguien que tenía una tremenda inteligencia naturalista, entonces se le puede llamar genio. Por otro lado, en una tribu en el Amazonas, en que un habitante sea capaz de descubrir y conocer varias plantas diferentes, reconocer cuáles son venenosas y cuáles no, cazar distintos animales, etc., ése también sería un genio. Un genio es alguien que es mucho más hábil o capaz que cualquier otro.
- Pero si hay dos personas de la misma cultura, y una de ellas es muy inteligente en los ocho tipos y la otra sólo en una, ¿las dos son igualmente genios?- Si me pide que sea preciso, no diría que alguien es un genio en términos generales, sino que precisaría el dominio en que éste lo es. Por lo que puede ser un matemático, un bailarín, un músico, etc. Una persona puede ser un genio en un dominio o en más de uno. Leonardo Da Vinci es uno de los más famosos genios, pero lo era en algunos dominios. Por ejemplo, era un gran pintor, un buen inventor, estudió la anatomía muy bien, pero no fue un genio en música, ni en lenguaje, ni en su trato con otras personas. Yo creo que nadie puede ser un genio en todas las inteligencias.- ¿Por qué, cuál es el límite?- De tiempo, porque la vida es muy corta. Para llegar a ser un genio en un área se pone menos atención en las otras, nadie puede desarrollarlas lo suficiente como para sobresalir en todas. Creo que a medida que las culturas se complejizan y aparecen diferentes dominios, es cada vez más difícil que las personas lleguen a ser genios en más de uno; pues la gente tiende a focalizarse en el área en que consigue más logros. Por eso, si se quiere ser un genio en ciencias, no se podrá serlo en deportes o en danza, pues se debe ocupar todo el tiempo en la biología o la química para sobresalir. En una cultura simple, donde hay menos gente, se pueden encontrar genios que sobresalen en distintas áreas.- Hay quienes hablan de períodos críticos para el desarrollo de las inteligencias, los que dependen de conexiones neuronales que se realizan a determinadas edades. Así, quien aprenda música después de los tres años, nunca será un maestro. ¿Qué opina de esto?- Esas afirmaciones son más engañosas que acertadas. Obviamente, mientras antes se practique en cualquiera de los aspectos de la vida, se obtendrán mejores resultados. Pero no creo que exista un período en el cual si no se empieza a practicar algo, nunca se será bueno en eso.La única área en que esto tiene algo de verdad es en cierto tipo de instrumentos musicales o actividades físicas. En esos casos quienes comienzan más temprano tienen una ventaja muy grande. Por ejemplo, quien empiece a tocar violín a los 4 años seguramente será mejor que el que empezó a los 9, porque sus dedos estarán más desarrollados.Pero excepto por esos dos casos, no hay evidencia suficientemente buena como para sostener la hipótesis de los períodos críticos.Esto no quiere decir que yo no esté de acuerdo con que el cerebro adquiere nuevas habilidades mucho más fácil cuando es joven. De eso no hay duda. Pero también hay que considerar que cuando se envejece se adquiere sabiduría y eso ayuda a aprender otras materias; de hecho, por varias razones hay cosas que sólo se aprenden cuando se es mayor y no cuando se tienen 5 años.- ¿Todos nacen con el mismo potencial para desarrollar las 8 inteligencias?- No, no todos nacen exactamente con el mismo potencial, pero sí con mucho. La razón es genética, ya que todos podríamos tener el potencial para ser muy altos, pero sólo si los padres miden 1,80 metro se llegará a serlo. Esto también se aplica en otras inteligencias, como la lógico- matemática y lingüüística. Pero aunque en éstas ciertamente la genética contribuye, creo que el ambiente, las oportunidades y motivaciones aportan mucho más.- ¿Cómo llegó a la idea de que el ser humano tiene distintas inteligencias y no sólo la lingüüística y lógico-matemática?- A partir de mi trabajo con niños normales, superdotados y con adultos que habían sufrido un accidente cerebrovascular. En todos observé ciertas inteligencias destruidas o que se mantenían aisladas. Por ejemplo, quien sufre un accidente cerebrovascular puede perder su habilidad lingüüística, pero aún puede hacer música. En el caso de los superdotados, a menudo encontraba niños que eran muy hábiles en idiomas, pero que tenían muchos problemas para tratar con otra gente.
Entonces, la idea de que existiera una sola inteligencia -en la que se puede ser fuerte o no- me pareció errada. Tenía mucho más sentido el pensar en diferentes inteligencias.
Luego desarrollé un set de ocho criterios que determinan qué es inteligencia. Estos incluyen, por ejemplo, la posibilidad de que haya niños prodigios en esa habilidad; si hay una parte del cerebro involucrada con tal inteligencia; si hay una historia evolutiva de la habilidad, etc. Hay muchas habilidades que tienen inteligencias posibles, como las capacidades sensoriales, el sentido del humor o la destreza para la cocina; pero, según mi criterio, éstos no califican.
- Una de las mayores críticas a su teoría se basa en la falta de un método para cuantificar las inteligencias. ¿¿Por qué insiste en que hacerlo iría en contra de la esencia de su trabajo?- La inteligencia no es algo que se sustente en una prueba de papel y lápiz. No es que no se pueda cuantificar, pues cualquier cosa es cuantificable. El punto es que no se debe tratar de una prueba en que se llenan espacios en blanco. Para medir las inteligencias se deben desarrollar ambientes donde se pueda apreciar si se tienen o no.
Por ejemplo, para saber si alguien ha desarrollado su inteligencia musical se le podría enseñar a tocar un instrumento, o ponerlo a escuchar nuevas canciones. En el caso de la espacial, ponerlo a jugar ajedrez, llevarlo a un lugar que no conozca y que encuentre las rutas para llegar a destino. Eso es lo que hacemos en el programa que desarrollamos en Harvard -Proyecto Spectrum- para niños muy pequeños -de 3, 4, 5 años-, a los que observamos en todo tipo de ambiente, lo que nos permite dar una descripción sobre qué tipo de inteligencia pareciera fuerte y cuáles débiles. Pero no cuantificamos eso para los padres, pues en tales edades los niños cambian rápidamente y la descripción puede ser cierta para los 5 años, pero dejar de serlo cuando el niño tiene 8.
- Usted define la inteligencia como la habilidad para resolver problemas o crear productos que son valorados por uno o más marcos culturales. De acuerdo a eso, ¿¿no sería la lógico-matemática y la lingüüística las que siguen siendo las más aceptadas?- Cierto, pero sólo a nivel de la educación formal, una vez fuera del sistema educacional, no creo que eso sea tan claro. Por ejemplo, la habilidad de vender algo a alguien tiene más valor en la sociedad que las otras dos. Además, la gente del espectáculo y los atletas top también son muy valorados, pues ganan muchísimo dinero. Entonces, es sólo en los colegios y universidades donde la lingüüística y la lógico- matemática son tan valoradas.
- En "Mentes no escolarizadas," sostiene que los niños llegan al colegio con teorías erróneas que han desarrollado para entender el mundo. ¿¿Podría explicar cómo las crean?- Pareciera que surgen de sus propias observaciones del mundo, nadie les tiene que contar esas teorías. De hecho, en muy pocas culturas se les dice a los niños que la razón por la que las nubes se mueven es porque alguien las está soplando; sin embargo, en todo el mundo los niños responden eso. Creo que proviene de la observación que ellos hacen cuando ven espuma y quieren moverla, para lo cual la soplan; entonces, cuando miran al cielo y ven que las nubes se mueven, ellos asumen que alguien las debe estar soplando. Nosotros llamamos a esos discursos: naturalmente intuitivos o espontáneos, los que son sumamente fuertes y arraigados.
- De ahí surge una de las críticas que hizo al sistema educacional norteamericano, pues, según usted, en 12 años de enseñanza estas teorías no son desplazadas. ¿¿Cuál sería el sistema ideal?- No existe ningún sistema ideal. Cada uno tiene fortalezas y debilidades, y lo que funciona en una cultura no resulta en otra.
Creo que lo más importante es que dentro de una cultura, subcultura o de un colegio, las personas tienen que definir las metas e idear las mejores formas para lograrlas. Para mi sistema de valores, tengo dos metas principales: la primera es ayudar a los estudiantes a entender bien el mundo -incluyendo el físico, natural, artístico y sicológico. En Mentes no escolarizadas, muestro que el entendimiento es algo difícil de conseguir, pero que hay formas de hacerlo. En segundo lugar, no ignoramos las diferencias entre los niños, las tomamos muy en serio y tratamos lo más posible de resolver o diseñar la forma para que cada uno entienda muy bien, y pueda demostrar que aprendió usando sus propias inteligencias.
- De acuerdo a esto, ¿la enseñanza personalizada es una herramienta muy importante?- Sí. Se trata de un sistema personalizado, pero que está centrado en el entendimiento, y, de acuerdo a Mentes no escolarizadas, entendimiento significa no sólo recordar algo, sino el ser capaz de usar ese conocimiento apropiadamente en diferentes situaciones. Porque si sólo se tienen que recordar cosas, pero no se es capaz de invocarlas cuando se enfrenta a algo nuevo, entonces el conocimiento no vale nada.
Por ejemplo, si se aprende todo sobre física y movimiento pero no se entiende por qué un boomerang se mueve de tal manera, todo el estudio no ha servido de nada.
- Según usted, el líder debe ser capaz de comunicarse con las mentes no escolarizadas, es decir con aquellas en que abundan las teorías espontáneas. ¿¿Cómo se identifican esas ideas?- Primero, no hay nada de lo que haya que prevenir a los líderes cuando se dirigen a gente común. La mayoría de ellos recibe mucho feedback de sus historias o discursos, y a menudo los ajustan de acuerdo a eso. Además, los líderes son humanos, entonces, tienen las mismas historias y teorías dentro de ellos, por lo que deben mirar dentro e identificar aquéllas que consideren creíbles. Creo que lo difícil es llevar a la gente más allá de esas teorías espontáneas, porque cuando se está frente a gente común y ésta escucha una historia complicada y otra simple, tiende a creer la más simple, la más básica para su mente. Por eso que el líder que tiene mayor éxito es aquel capaz de hacer creíble la historia más compleja. Personas como Gandhi o Jean Monnet -quien comenzó la comunidad europea- fueron exitosos pues pudieron ir más allá de esas teorías elementales.- Además de la habilidad para relatar historias, en Mentes líderes usted señala que estos personajes deben ser capaces de encarnar esas narraciones. ¿Eso quiere decir que deben predicar con el ejemplo?- Cuando las personas no practican lo que proponen son hipócritas, y la hipocresía debilita la efectividad de sus historias. Por eso, la forma en que los líderes conducen sus vidas debe ser claramente perceptible por aquellos en quienes se busca influir. Por ejemplo, si un líder militar, como Stalin, pide a sus tropas que sean valientes, es importante si él se comporta o no de esa forma. Del mismo modo, si el Papa Juan XXIII pide a los católicos ser generosos hacia aquellos que profesan otras religiones o ideas políticas, cómo él actúe con los pastores protestantes o los comunistas es importante para sus seguidores.- ¿Qué tipos de inteligencias son las más desarrolladas por los líderes, para tener éxito?- Hay tres inteligencias que son muy importantes: la lingüística, porque deben ser buenos narradores de historias; la interpersonal, porque deben ser capaces de entender a su audiencia y convencerla; y la existencial, porque ellos tratan de contarnos quiénes somos, qué tratamos de conseguir, los obstáculos, etc. , por eso deben tener un sentido de las cosas fundamentales de la vida.- Usted clasifica como líderes a personajes como Einstein, Churchill y Gandhi. Es fácil entender por qué los dos últimos lo son, ¿pero por qué entra Einstein en esa categoría?- Todos ellos son individuos que influyeron significativamente en los pensamientos, conductas y sentimientos de otros. Claro que la forma en que lo hicieron es distinta. Churchill, por ejemplo, ejerció su influencia de una forma directa, por medio de historias que relató a varias audiencias. Einstein, en cambio, lo hizo de un modo indirecto, a través de las ideas que desarrolló y la forma en que éstas conformaron teorías. Ambos son líderes, pero el primero sería uno directo y el segundo uno indirecto.- Además de esas categorías, de acuerdo al discurso o historias habría líderes comunes, innovadores y visionarios.- ¿Ejemplos?- Entre los comunes estarían, por ejemplo, Gerald Ford y Georges Pompidou; son líderes que simplemente relatan la historia de su grupo de la forma más efectiva posible. Se diferencian con los innovadores en que estos últimos toman una historia que ha estado latente en la población y le dan un nuevo giro, pero éstos tampoco crean nuevos relatos. Entre los innovadores se encuentra Margaret Thatcher, Charles De Gaulle o Ronald Reagan, quienes tuvieron la genialidad de identificar historias o temas que ya existían en su cultura, pero que se habían enmudecido por años. Los del tipo visionario no se quedan en el relato de las historias actuales, ni en la reactivación de las antiguas, sino que crean nuevas historias. En el aspecto religioso éstos podrían ser Jesús, Buda y Confucio, por ejemplo; y en una escala más modesta Monet y Gandhi. Claro que éstos son los más escasos."Hay tres inteligencias que son muy importantes para los líderes: la lingüística, porque deben ser buenos narradores de historias; la interpersonal, porque deben ser capaces de entender a su audiencia y convencerla; y la existencial, porque ellos tratan de contarnos quiénes somos".
Patrones creativos.Basado en un artículo de Howard Gardner.http://rehue.csociales.uchile.cl/rehuehome/facultad/publicaciones/Talon/talon4/talon4-1.htm
En las ciencias humanas, se ha delineado con frecuencia una distinción útil entre investigación ideográfica e investigación nomotética. En el trabajo ideográfico, el foco recae agudamente en el estudio del caso individual, con sus énfasis y pliegues. Por el contrario, en el trabajo nomotético, la atención se centra en la búsqueda de leyes generales; tal trabajo, por su propia naturaleza, pasa por alto las idiosincracias individuales, buscando aquellos patrones que pueden aplicarse a todos, o a la gran mayoría, de los casos.Uno puede encontrar rápidamente ecos de esta distinción en la investigación que, en ciencias humanas, ha estado centrada en los individuos, las obras y los procesos creativos. Puesto que lo 'creativo' es de ocurrencia inusual —así se lo interpreta habitualmente— ha habido diversos esfuerzos para estudiar en profundidad un ejemplo creativo. Recientemente, este trabajo ha sido compendiado en los importantes estudios de Gruber sobre Charles Darwin y Jean Piaget (Gruber 1981; Gruber y Davis 1988). Conviniendo en el hecho de que tales estudios de casos han sido hechos en un espíritu socio-científico antes que humanístico, ha habido esfuerzos por rastrillar principios más generales en juego (Langley et al. 1986; Perkins 1981; Wallace and Gruber 1990). En contraste con este trabajo ideográficamente teñido, ha habido francos esfuerzos por ir más allá de lo individual, para examinar los procesos en juego en un gran número de individuos, textos y procesos creativos. Esta línea de estudio ha sido proseguida más rigurosa y vigorosamente por Dean Keith Simonton (1984, 1988a, 1988b) y por otros que trabajan en esta tradición historiométrica, tales como Martindale (1990).Howard Gardner.Intento empezar la construcción de un puente que ligue los dominios separados de las líneas ideográfica y nomotética de trabajo sobre la creatividad. Informo sobre una serie de estudios de casos que examinan las vidas creativas de siete individuos que vivieron alrededor de 1900, deliberadamente sacadas de dominios dispares de realización. Estos estudios de casos están detallados en un libro reciente, titulado Los Creadores de la Era Moderna (Gardner 1993). Mi enfoque recae sobre aquellos patrones que parecen caracterizar a todos estos individuos o, al menos, a la mayoría de ellos. Como tal, el artículo constituye un modesto esfuerzo por extraer generalizaciones que pueden obtenerse comúnmente de los individuos más altamente creativos en nuestro tiempo.Aproximaciones a la creatividad.Hasta hace poco, el trabajo científico-social en el área de la creatividad ha estado dominado por la psicología y, particularmente, por dos subdisciplinas dentro de la psicología. Por una parte, hay un amplio monto de trabajo en la tradición sicométrica. Desde la II Guerra Mundial, se ha dedicado mucho esfuerzo en un intento por medir los procesos creativos en individuos normales y en individuos inusualmente talentosos. El modelo básico ha consistido en administrar tests de creatividad negligentemente modelados de acuerdo a los tests de inteligencia. Aunque alguna información útil ha sido recogida de esta investigación, ha fracasado en institucionalizarse como suficientemente válida y ha sido abandonada por algunos de sus partidarios más leales.Complementando el trabajo sicométrico, ha habido esfuerzos por determinar los rasgos sicológicos de los individuos creativos. Algo de este trabajo ha sido empírico, en tanto los individuos creativos se han descrito a sí mismos o han sido descritos por pares cercanos (Barron, MacKinnon). Otro trabajo ha venido más directamente de la tradición sicoanalítica; tal trabajo ha enfatizado las bases neuróticas o sublimatorias de los esfuerzos creativos (Freud; Kubie). Desde esta línea de trabajo han surgido una o más descripciones de la personalidad creativa; como en el caso de los esfuerzos sicométricos, han surgido algunas generalizaciones útiles pero sólo una limitada comprensión de la estructura fina de los esfuerzos creativos.
Mi propia revisión identifica, en los años recientes, dos aproximaciones prometedoras. Desde el punto de vista de la motivación, ha sido llevada a cabo investigación importante sobre la centralidad de las motivaciones intrínsecas en la conducta del esfuerzo creativo, comparadas con las motivaciones extrínsecas (Hennesey y Amabile). En un trabajo relacionado, Csikszentmihalyi ha iluminado el carácter reforzante de los 'estados de flujo', esos deliciosos períodos de completa inmersión en la actividad de creación que han llegado a caracterizar al individuo creativo. Energía fresca ha sido dedicada también a la investigación sobre creatividad mediante los esfuerzos de personas surgidas de la psicología cognitiva, la sicología del desarrollo y la ciencia cognitiva (Feldman con Goldsmith; Langley; Perkins 1981; Simon). Este último grupo de investigadores ha iluminado la naturaleza gobernada por reglas de mucha obra creativa, ha proporcionado una detallada aproximación del procesamiento de información en la delineación y solución de problemas; ha identificado intrigantes paralelos entre la creatividad 'común' y la creatividad 'excepcional', y entre la solución de problemas desarrollada por los seres humanos y por sistemas computacionales artificiales. Estas líneas de trabajo han sido revisadas recientemente en una cantidad de publicaciones (Boden; Briggs; Gardner; Ochse; Runco y Albert; Sternberg; Weisberg).
Mentes Creativas.Basado en el libro de Howard Gardner.http://rehue.csociales.uchile.cl/rehuehome/facultad/publicaciones/Talon/talon3/resena4.htm
Medio siglo de creatividad.Exactamente a la mitad del siglo XX, J. P.Guilford se lamentaba de la escasa preocupación que había merecido el fenómeno de la creatividad. Acercándonos a su término nos ahogamos en una marea de publicaciones, que revuelve lo mejor y lo peor. De la sequía pasamos a una situación de abundancia, con productos en extremo desiguales, un terreno en el que se transita con dificultad sin capacidad para discriminar. Hay demasiadas repeticiones, tendencia a la simplificación y un evidente desconocimiento de los desarrollos anteriores, poca elaboración conceptual y casi nula teorización. Muchos textos inconsistentes, a veces traspasados de un optimismo liviano o de un humanismo irreflexivo, que han ido dejando las cosas en un relativo estancamiento.Mentes Creativas rompe este cuadro. Definitivamente, una consideración seria pone la discusión en otro nivel. Escrito en un estilo libre de lenguaje especializado pero con gran rigor, recoge a su manera muchos de los nudos problemáticos surgidos en el estudio de la creatividad. Propone respuestas nuevas y desafía ciertos lugares comunes que ya amenazaban con establecer residencia permanente. Rompe derechamente esas porfiadas dicotomías que enfrentan lo cognitivo y lo afectivo, o lo individual y lo social. Resuelve la forma clásica de la disputa entre inteligencia y creatividad, y deja el problema sobre otros referentes. En conjunto está teñido por un refrescante, aunque medido, aire de especulación. No es sólo un libro que trata de la creatividad. En si mismo es un resultado creativo. Centralmente los protagonistas de este libro son siete maestros creativos de la era moderna: el neurólogo y sicólogo Sigmund Freud, el físico Albert Einstein, el pintor Pablo Picasso, el músico Igor Stravinsky, el poeta T. S. Eliot, la bailarina Martha Graham y el líder político y espiritual Mahatma Gandhi. La elección es intencionada. Estos siete maestros cubren con sus obras y realizaciones el medio siglo que va desde 1885 a 1935, período en el cual se ubican una serie de cambios decisivos que dan forma a la era moderna. Constituyen una muestra, que se autoatribuye representatividad, respecto de un conjunto más amplio de individuos, cuyos descubrimientos rompieron una tradición para dar lugar a otra. El resquebrajamiento de las certezas sobre las cuales se desarrolló el siglo XIX, en el arte, la ciencia o la política, marca una tensión en la que se insertan estos nuevos criterios de acción que alimentan la naciente era. El libro traza un recorrido en distintas direcciones. Dibuja el mundo de cada una de estas figuras, para iluminar sus peculiares capacidades intelectuales, configuraciones de personalidad, búsquedas y logros creativos, sobre el escenario social y el clima intelectual en que vivieron, y las influencias culturales a que estuvieron sometidos. Del caso particular se aventura en el terreno de las generalizaciones. El esfuerzo toma también la forma de una búsqueda de modelos, que permita revelar semejanzas y diferencias orientadoras. Se abre hacia una interpretación sobre la naturaleza de la empresa creativa de gran envergadura, concluyendo que pese a la existencia de un conjunto de rasgos comunes, no existe un único tipo de creatividad.Cada creador merece vidas y vidas de estudio.Por una parte, Gardner utiliza una aproximación conceptual a la creatividad que denomina 'perspectiva interactiva', y por otra recurre a su teoría de las inteligencias múltiples. En el primero de estos ejes se reconocen tres niveles (elementos o nodos) de análisis, que no pueden ser desatendidos en una consideración de la creatividad: La persona con su propio perfil de capacidades y valores, el campo o disciplina en que trabaja con sus sistemas simbólicos característicos, y el ámbito circundante, con sus expertos, mentores, rivales y discípulos, que emite juicios sobre la validez y calidad tanto del propio individuo como de sus productos. Conforme a esta perspectiva la creatividad no puede ser interpretada situándose en forma exclusiva en alguno de estos niveles. Debe entenderse en todo momento como un proceso que resulta de una interacción, frecuentemente asincrónica, en la que participan los tres elementos. No importa cuanto talento tenga una persona, no estaremos en condiciones de decidir sobre su grado de creatividad si no hemos examinado el modo como se apropia de su campo, transformándolo o incluso creando uno nuevo; y no conocemos las relaciones con su ámbito, sus tensiones y conflictos. En consecuencia, toda interpretación está obligada a moverse a lo menos entre los vértices de este triángulo de la creatividad: persona - campo - ambito.Así, cada uno de estos niveles y sus respectivas interacciones, provocan la aparición de numerosas cuestiones de interés para la investigación, que a partir de este momento no puede quedar encerrada en los límites de una sola disciplina. La consideración de una estructura interdisciplinaria para los estudios sobre creatividad, se hace evidente en este enfoque. Recíprocamente, se vuelven inconsistentes los intentos reduccionistas que habitualmente terminan sicologizando la creatividad. El segundo eje está constituido por el particular enfoque teórico sobre la inteligencia, expuesto en varias obras, y que en castellano es conocido por su libro Estructuras de la Mente. La Teoría de las Inteligencias Múltiples.En Mentes Creativas son frecuentes las referencias a esta teoría, sin embargo es llamativo notar que en ningún momento se ofrece una síntesis de ella. El lector es desafiado a recurrir a otras fuentes bibliográficas. En una palabra, Gardner ha abandonado la concepción tradicional de la inteligencia como una capacidad unitaria o abarcativa de varias capacidades, para proponer una atractiva teoría, consistente en reconocer la existencia de siete inteligencias diferentes e independientes que pueden interactuar y potenciarse recíprocamente. De este modo, habla de inteligencia lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal-kinestésica, interpersonal e intrapersonal. Un rasgo destacable de esta teoría es que está constituida desde una mirada psicológico social. Inteligencia es una habilidad o conjunto de habilidades, que permite a un individuo resolver problemas o crear productos valiosos en uno o más ambientes culturales.Un tipo único de creatividad es un mito.Ya en Estructuras de la Mente, Gardner anticipa que su teoría de las inteligencias múltiples es provechosa para enfrentar los estudios de la creatividad. En lo fundamental asimila inteligencia con creatividad. Rompe una dicotomía cuidadosamente pastoreada por largo tiempo. El primer paso consiste en reemplazar la pregunta convencional «¿Qué es la creatividad?», por otra cuya respuesta definitivamente cambia la dirección de la búsqueda: «Dónde está la creatividad?». La primera todavía permite una respuesta más abstracta, sin contexto, en tanto que la segunda impone la obligación de una mirada más amplia. En el curso de este movimiento surge la siguiente propuesta: «Individuo creativo es la persona que resuelve problemas con regularidad, elabora productos o define cuestiones nuevas en un campo de un modo que al principio es considerado original, pero que al final llega a ser aceptado en un contexto cultural concreto». Sobre la base de este marco, Gardner interpreta el perfil intelectual de cada uno de los maestros creativos destacando sus respectivos puntos fuertes:* Sigmund Freud: lingüístico, personal.* Albert Einstein: lógico, espacial.* Pablo Picasso: espacial, personal, corporal.* Igor Stravinsky: musical.* T. S. Eliot: lingüístico.* Martha Graham: corporal, lingüístico.* Mahatma Gandhi: personal, lingüístico.De esta manera, si la inteligencia es plural, lo es también la creatividad. Gardner quiere demostrar a través de la vida de siete notables realizadores el carácter distintivo de las actividades habituales de una persona creativa. Así como no hay un tipo único de inteligencia, tampoco puede haber un tipo único de creatividad. En esto fallan los test de creatividad. En su ingenua suposición de que el desempeño acertado frente a tareas divergentes y muy triviales, garantiza una predicción respecto a comportamientos futuros en cualquier campo. Desde el comienzo esta conclusión está prefigurada. La elección de personajes tan diferentes no es casual. Se trata de poner a la vista que personas que crean en el espacio abierto por sus ideas y sus cuerpos, en una dialéctica que abarca sus concepciones y el modo en que éstas pueden ser realizadas físicamente en un momento histórico, como Mahatma Gandhi y Martha Graham, llevan un tipo de vida muy diferente a la de otros creadores cuya existencia está ubicada preferentemente en un estudio, un taller o un laboratorio. Escenarios distintos suponen distinto tipo de creatividad. El tema queda abierto, pero a Gardner le parece seguro afirmar que el trabajo con sistemas simbólicos diferentes, requiere igualmente habilidades muy diferentes tanto en el plano mental como comunicativo. Los creadores difieren no sólo en lo referente a su inteligencia dominante, sino también en lo relativo a la amplitud y combinación de sus restantes inteligencias.La matriz de apoyo y el pacto fáustico.En casi 500 páginas este libro es una fuente inagotable de matices, sugerencias y elementos para la reflexión. En particular destacan dos aspectos definidos como temas emergentes, debido a que no se encontraban en su guión inicial y sin embargo se impusieron finalmente con fuerza propia. El primer tema saltó al examinar el período durante el cual cada creador hizo su avance más significativo. Con nitidez aparece en los momentos cruciales del proceso creativo, que inevitablemente tienden a ser muy prolongados, la figura de un gran amigo y confidente capaz de relacionarse con el creador con firmes lazos de afecto y en calidad de interlocutor intelectual. Claramente es como si el creador necesitara de un apoyo incondicional, a toda prueba, junto con el aporte reflexivo de quien puede comprender la complejidad de la empresa en la que trabaja. La afirmación final es que el tiempo de avance creativo que, tratándose de grandes logros nunca es menor a diez años, está sumamente cargado tanto afectiva como cognitivamente. Tal vez esta sea otra expresión de esa singular característica de la creatividad, destacada asertivamente en muchos lugares del libro, en el sentido de que siempre será una actividad que involucra una especial amalgama de lo infantil y lo adulto. En segundo lugar, el estudio revela que cada uno de estos creadores llegó a tener un compromiso absoluto con su trabajo, que Gardner denomina el 'pacto fáustico'. Los creadores, con el objeto de garantizar sus condiciones de trabajo y su talento, desarrollan prácticas irracionales y compulsivas, de naturaleza cercana a la superstición. Normalmente como un medio de continuar trabajando, el creador sacrifica sus relaciones normales en la esfera personal, y hasta arriesga y destruye relaciones con seres cercanos. El tipo de pacto puede variar, pero la tenacidad con que se mantiene parece la misma. Estos acuerdos no son presentados como tales, pero Gardner los interpreta como una variación del que Goethe consagró en la literatura entre Fausto y Mefistófeles. Bajo la forma del ascetismo, el aislamiento, el celibato o la ausencia de relaciones estables, este singular pacto parece estar presente en estos creadores. Es como si todo debiese estar subordinado a una misión creativa superior. El libro concluye con una serie de preguntas críticas en las que el autor involucra cuestionamientos a sus propias decisiones y conclusiones, generando un ambiente de provisionalidad sobre todo lo dicho, y seguramente anunciando futuros proyectos intelectuales.

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