INVESTIGACION ESPACIAL( CIENCIA)

Un 'impacto' para la ciencia
( por RAFAEL BACHILLER)Si todo sucede según lo previsto, a las 7.52 horas de esta mañana (hora peninsular) un proyectil de 370 kilos debe impactar, o ha impactado ya, sobre el cometa Tempel 1. La sonda de la NASA Deep Impact ha viajado durante seis meses antes de disparar el proyectil que, con una velocidad relativa de unos 3.600 km/h, deberá sortear el entorno turbulento de la atmósfera del cometa para alcanzar su núcleo. En el cometa, del tamaño de la mitad de Madrid, se puede llegar a crear un cráter como la Puerta del Sol. En una misión de este tipo, con un coste de 330 millones de dólares, hay múltiples aspectos extracientíficos que entran en juego: desde la intricada maraña de intereses comerciales y estratégicos de los sectores aereospaciales hasta cuestiones de prestigio tecnológico e imagen nacional. Pero desde el punto de vista del astrónomo, el aspecto crucial es el impacto científico.
Estrellas, planetas y cometas se forman mediante el colapso gravitatorio de las nubes interestelares. Las observaciones de radioastronomía demuestran que estas nubes son muy ricas en moléculas orgánicas.Durante la formación de nuestro Sol, hace unos 4.600 millones de años, un disco protoplanetario dio lugar a los planetas y cometas del Sistema Solar. Los planetas próximos al Sol, creados en regiones muy calientes, son rocosos por su incapacidad para retener componentes volátiles; sin estos componentes es imposible entender el origen de la vida en la Tierra. Sin embargo, los cometas, formados en las regiones frías más lejanas del Sol, sí que han retenido los componentes volátiles y orgánicos que estaban presentes en la nube interestelar protosolar. También con radiotelescopios se ha observado una gran cantidad de moléculas orgánicas en la atmósfera de varios cometas, sobre todo gracias a los pasos recientes del Halley en 1986 y el Hale-Bopp en 1997.
Joan Oró fue el precursor de la teoría por la cual tanto el agua como la materia orgánica que era precisa para iniciar la vida pudo llegar a la Tierra primitiva transportada por cometas. De hecho, hace 4.000 millones de años, la Tierra estaba sometida al intenso bombardeo de cometas y meteoritos recién formados que podían depositar grandes cantidades de materiales orgánicos sobre el planeta. Pero tanto en la teoría de la formación del Sol como en las hipótesis sobre el origen de la vida quedan muchas incógnitas. El impacto sobre Tempel 1 puede ayudar a resolver muchos de estos enigmas. Aunque los efectos detallados del impacto son difíciles de prever, cabe esperar que con la formación del cráter se eyecten grandes cantidades de material hacia el espacio.
Este material, posiblemente una mezcla de hielo, polvo y gas, será observado con imágenes y análisis espectroscópicos tanto desde la propia sonda Deep Impact como desde grandes telescopios terrestres y espaciales. Estas observaciones revelarán la composición química del núcleo. Además, observando la reacción del cometa al impacto, se podrá deducir la densidad, dureza y porosidad del material del núcleo. Todos estos datos son cruciales tanto para comprender la formación de nuestro Sol como el origen de la vida. Comprender cómo se formó la vida en la Tierra, gracias a la interacción con los cometas del Sistema Solar, es de primordial interés. Y es que por ahora, cuando se trata de comprender el origen de la vida, como señaló Joan Oró, «sólo tenemos un ejemplo: la Tierra».( estraido del mundo/ diario españor).

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