Y no habrá padres para hijos ni hijos para padres; esto está cumplido, y alguien lo dijo hace muchos años atrás.

Con el presente título arriba, que posible mente nos puedes hacer recordar un versículo bíblico, y lo traigo a colación, para referirme a un hombre Chino, suicida, el cuál intentó, primero, arrojar a su hija de dos añitos de edad desde el octavo piso de un edificio en Chengdu, en China.

Y gracias a Dios, que esto ese día no desencadenó en tragedia, pues gracia ala astucia y destreza de un policía Chino, la niña fue recatada de un peligro inminente. Y no sólo del peligro, sino de los tratarnos que situaciones como estas le pueden provocar ciertos trastornos de conducta (y asta patologías alargo plazo y/o corto), particularmente a los niños.

Por acciones de padres irresponsables, y sedados por borracheras u por efecto de algún tipo de droga. Y precisamente este suicida, estaba bajo los efectos de la droga, el cuál con la acción del policía Chino cayó de espalda al interior del apartamento, del octavo piso.

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