La evolución quebrada
PUBLICADO POR
WILKIN URBANO
on 2007-11-19
Es preciso no pensar en "temporal" sobre el tema metafísico que nos preocupa. Hay que desterrar de una vez por todas estos planteamientos. Y es que todo da vueltas alrededor de la cuestión del azar. No es que "por azar" aparezca algo y "seguidamente ya se produce" el proceso subsiguiente que origina tal o cual efecto. De esta forma queda construida una especie de cadena que, con los planteamientos acerca de la "intrusión" del futuro en el presente y el pasado, crea un círculo vicioso (la paradoja del huevo y la gallina).Lo que sucede ciertamente es que "acontece algo por azar", pero ese algo es ya "toda la historia", toda la película. La "historia" o "secuencia" de acontecimientos "puede acaecer o no". Si es no, nada sucede: la Nada permanece en su estado caótico y desordenado. Pero si se produce el cambio (por azar) no "sólo es de algo", de un suceso puntual: ¡lo es de la secuencia completa, de todo el fenómeno!... Y el fenómeno comprende, también, la influencia del futuro (la Criatura Suprema) sobre el inicio... Y es así, porque todas las "secuencias" del proceso o la "historia" son insustituibles y únicas en sí como los eslabones de una cadena, en donde la falta de uno solo de ellos la hace desaparecer, "evanescerse". ¡El cambio en la Nada caótica produjo de inmediato eso tan infinitamente intrincado y maravilloso que es Dios!.. ¿Qué es, pues, la historia evolutiva que observamos?.. ¡Es simplemente nuestra "visión" del "proceso" de la historia!: ¡La visión de un ser temporal!.. Si no estuviéramos montados a caballo de la dimensión tiempo, sólo observaríamos un magnífico Cuerpo Místico en el que cada ser ocuparía su lugar definido por su estado evolutivo (complejidad), junto al grado de "voluntad" (y esfuerzo) en referencia a la cima de dicho Cuerpo Místico (Dios).El error de apreciación que se observa en alguna de nuestras obras anteriores habría que achacarlo a la preponderancia que dimos a la pura evolución, en esa suerte de camino o progresión hacia la complejidad. Ese espejismo fue el resultado de nuestro estudio sobre la fase o estrato inferior del Cuerpo Místico, el de los niveles (complejidad estructural) inferiores al del ser humano. Y es que en este estadio la preponderancia de la evolución es de una nitidez casi absoluta. Mas, este hilo conductor queda resquebrajado claramente al llegar a la criatura humana, donde el Norte de la Criatura Suprema aparece en todo su esplendor: ¡El hombre ya no puede ser indiferente a su llamada, debe elegir entre esa visión celestial y él mismo, la Nada que habita en nuestro propio interior y que extiende sus tentáculos sobre todo lo que nos rodea! La evolución, entonces, "rompe" su clara línea hacia la complejidad, puesto que nacen otras "vías" que la "distraen": ¡es simplemente la aparición de otra fase u otro tipo de "estructura" en el Cuerpo Místico!.. De cualquier forma, la "argamasa" de todo el Cuerpo Místico de "arriba abajo", de "lado a lado", sigue siendo el Amor.Dijimos que el estadio más elevado era el de la "sustancia divina", producto exquisito del alambique de los dos estadios anteriores. La Nada quedó atrás, entre los posos exprimidos al máximo. ¡El Cuerpo Místico "rezuma" Amor y se sublima en el cenit, sublime cima en el orden de criaturas que comprende!De la Nada salió Dios; se creó Dios sin más. Sólo hubo dos etapas: la Nada caótica e indiferenciada y el Dios infinito, uno y múltiple, el Supremo orden. Una da lugar al Otro (a esto se ha denominado siempre su Creación): Pudo haberse creado o no, pero su formidable presencia indica la primera posibilidad: ¡una vez que sucedió, el resultado es la magnificencia observada!.. ¿Hijo del azar tal vez?.. Quizás, pero de un azar supremo, que abarca en "bloque" la totalidad del tiempo.El ser no es hijo de la materia. Es más bien hijo de la Nada, puesto que la materia es la "decantación objetiva de la Nada", y el "espíritu" del ser es la decantación de la Nada en pura subjetividad, interioridad, que "produce" el sentimiento. De la Nada, pues, procede información (materia) y sentimiento (representación), que son los verdaderos modeladores del ser.Simplificando mucho, y "como frase lapidaria", digamos que estaríamos ante un "materialismo sin materia", seres "construidos" simplemente de pura Nada. (Ahora bien, sabemos que esa Nada es un "caldo" de la más abigarrada secuencia de opuestos complementarios, germen de todo lo que se pueda imaginar en una "forma de estructura" caótica que supone la más completa anulación).En la Nada caótica "no hay tiempo". En "su transformación", Dios, tampoco; en su Cuerpo Místico, pues, el tiempo no ha lugar. Por consiguiente, esta última está constituida por seres con una "naturaleza plena", es decir, completamente configurada (fuera ya de la vida conocida que es dominio del tiempo).El "instante" que separa la Nada de Dios, lo constituye la dimensión temporal completa, pues en él debe "agotarse" el tiempo. Ese "instante" para Dios, es la casi eternidad que apreciamos los seres vivos componentes de la larga historia de la evolución (o evoluciones).¡La primera "imagen" es el caos más absoluto; la segunda el formidable orden del Cuerpo Místico, la Nada "sumamente organizada" que es el propio Dios! Es como si sólo hubiesen dos "cuasiestados": La Nada caótica y el Supremo orden. El "instante" del Azar excelso que los separa, es el dominio de todo el proceso, el movimiento, la evolución con sus seres como "hijos todos ellos del tiempo".La apariencia es de un baile entre una Nada caótica y una organizada. Las maravillas de la segunda son el simple resultado de una "dirección única" implantada en la primera, que de esta forma rebela los tesoros que en realidad encerraba. Un símil material podría ser el mismo láser, cuya formidable fuerza radica en el "acompasamiento" de sus ondas con la consiguiente potenciación máxima, todo lo contrario que acontece en la composición de ondas totalmente desfasadas con la anulación resultante, que puede llegar a ser total.Así que detrás, o en el interior de todo ser vivo no anida otro tipo de materia o sustancia distinta de la del cuerpo. No existe tal; no se encuentra nada: ¡el único que encuentra, mejor, "siente", es dicho ser vivo!.. Es "algo que se lleva" pero que no se ve, y menos desde el exterior (observador extraño) ¡No hay "sustancia", su lugar lo ocupa la sensación y el sentimiento! La materia es puro dominio del tiempo; este último es consustancial con ella. Fuera del tiempo (muerte del ser vivo) sólo puede conservarse, pues, "lo otro", lo no material.. ¡El alambique material decanta su bien más precioso, la naturaleza del ser!.. que es, pues, una amalgama de sensaciones y sentimientos, desprovistas ya de toda "alusión temporal".El alambique material, por consiguiente, destila el ser a partir de la materia prima Nada. El resultado es una Nada "orientada", que es un ser surgido, si puede expresarse así, por "autocreación"."Amad al prójimo como a vosotros mismos; tenéis que amaros a vosotros mismos;" (Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de Zaratustra. Tercera Parte. La virtud que empequeñece.)Básicamente, el mismo Dios "surge" (se crea) de forma similar.La Nada original (caótica), en el tiempo se transforma en objetividad (materia) y subjetividad (sentimiento). "Después del tiempo", la materia, sustancial con aquel, se extingue como el mismo; sólo queda la Nada orientada, sesgada, que es el ser, el puro sentimiento.Si analizamos más en profundidad los estadios más bajo (3º) y el intermedio (2º), en principio parecen tener la misma estructura, en el sentido de que la naturaleza del ser se "constituye" a lo largo de las "elecciones" entre esa lucha de intereses que representan las distintas tendencias (o instintos) que operan en el interior de cada ser vivo; las distintas "elecciones" "construyen" la naturaleza del ser. Así que, sólo es el tipo de tendencias que "tiran" del ser las que definen esos 2º y 3º estadios. Nos explicaremos.En el tercer estadio, el más básico, son los puros instintos, en la acepción más común, los que imperan en el ser vivo. Estos instintos tienen como denominador común el que "velan" por la conservación de la vida (física) del individuo. Hay distintas elecciones y tendencias, pero todas inciden positivamente y casi exclusivamente en la conservación de dicho individuo (al menos de los genes propios -recordemos en este punto la polémica del "gen egoísta").El segundo estadio, el intermedio, se caracteriza por la aparición de un segundo factor. Además de los consabidos instintos anteriores, aparece una nueva tendencia cuyo enfoque no es ya la "conservación del individuo", pues, simplemente es ajena a ello: ¡son las alas que remontan el espíritu del ser vivo, elevándole sobre su condición animal!.. Pero, por ello, puede ser su triunfo o su desgracia. Triunfo, por la posibilidad de alcanzar nuevas metas que superen su nivel (en pos del Ser Supremo), y desgracia ante el posible fracaso en dicha misión (la "necesidad" está dentro, y el "corazón está inquieto mientras no se sacia esta sed").Es preciso cierto "entendimiento" (información-complejidad) para llegar a alcanzar, a sentir, la llamada de la "divina luz". Es necesario, pues, un período (tercer estadio) de "transformación" de esa Nada (sus partículas constituyentes), hasta el logro del nivel necesario mínimo. A partir del mismo, se abre el dominio del segundo estadio, el de la criatura humana (y similares), el de la indefinición suma, el del debate esencial entre el ser y la Nada.Con este estadio aparece la "orientación de la Nada". Esta última se "estira", cada vez con más fuerza, en dirección al polo norte divino del Ser Supremo. La complejidad-individualidad progresiva, con sus crecientes grados de libertad, puede elegir orientarla con más o menos fuerza en el sentido anterior. Pero esa orientación hacia el polo norte divino sólo se hace "consciente" a partir del hombre, por eso la "libertad en su pos" sólo puede ser "autoasumida" en ese nivel, en un proceso de "reflexión". En niveles inferiores ese impulso u orientación es "inconsciente" (al menos para cada ser individual); es por ello por lo que la criatura humana debe "colaborar" con el Ser Supremo "empujando" a esos seres inferiores a ocupar el "puesto" que les corresponde en el Cuerpo Místico completo. La vía es la potenciación de la argamasa de dicho Cuerpo: el Amor.El Amor hacia abajo (los niveles inferiores) es automáticamente correspondido de abajo a arriba; eso supone la aparición de una fuerza de cohesión extraordinaria que une entre sí las diversas "piezas" del puzzle Cuerpo Místico. Así, dicho Amor de arriba abajo en cada nivel es similar al que proviene de la misma cúspide (Dios) hacia nosotros mismos. El "desamor" se refleja, así mismo por sus efectos de abajo a arriba. ("Aquello que hacéis sobre mis criaturas me lo hacéis a mí")"Los tentáculos de Dios, pues, se extienden hasta el mismo origen, pero sólo es a partir del hombre en que se ven reforzados (o no) por la voluntad consciente de otras criaturas". En este sentido el hombre es colaborador de Dios: ¡sus verdaderos hijos! (También el mismo Dios, a su vez, es heredero del hombre -Ver el "Parto de Dios", obra del autor)."Crear: he ahí lo que alivia el dolor y aligera la vida; pero para llegar a crear es preciso atravesar crisis muy dolorosas y sufrir numerosas transformaciones". "Para que el creador pueda convertirse en el niño que vuelve a nacer, ha de querer ser también la parturienta y sufrir sus dolores. En verdad os digo que yo he tenido que abrirme paso a través de cien almas, de cien cunas, de cien dolores de parto".(Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de Zaratustra. Segunda Parte. En las islas afortunadas).Y es que existe un continuo "trasiego" en todos los sentidos, de abajo a arriba y de arriba abajo. También en cada nivel. ¿Y trasiego de qué?.. De muchos sentimientos y emociones, pero fundamentalmente Amor: ¡El Amor es la esencia de la vida!.. Amor hacia sí mismo; Amor hacia los demás. ¡El Amor sustenta al ser!Por Amor la Nada "se orienta". Por Amor la Nada se hace ser. La Nada amorosa es Ser. El ser sin Amor desciende a la Nada. El ser en el tiempo es la vida. El Amor en el tiempo es sentir. "El Amor es el ser". "La vida es sentir". El Amor sin tiempo (eterno) es el propio ser.¡ Alimenta el Amor, crearás vida!
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